Rodolfo Peña Ayala, es un productor de cacao que asistía a las capacitaciones de las Escuelas de Campo impulsadas por APROCACAHO, recuerda que esta debilidad resultó ser su mayor fortaleza. Todo empezó cuando un día le dijeron que pasara a la pizarra a hacer lectura allí, entonces yo les dije “que me tenía que disculpar compañeros la cosa es que yo no sé leer ni escribir”.
Seguidamente agregó “Les voy a explicar, a mi manera, si me equivoco compañeros ayúdenme”, y la respuesta fue maravillosa ellos me ayudaban y poco a poco fui conociendo las letras, era un grupo de 45 productores aproximadamente, expresó.
Nuestro entrevistado nos cuenta que después de la jornada de trabajo, al llegar a su casa él seguía estudiando hasta las 10 de la noche
Rodolfo peña continuó perseverando con mucha dedicación, vienen a su memoria los fuertes dolores de cabeza, las alteraciones del sistema nervioso que sufría cuando no podía llenar los formularios y tenía que recurrir al apoyo de su cuñada.
Su esfuerzo fue recompensado cuando el proyecto PROCACAHO le ofreció la oportunidad de trabajar como facilitador, “va ganar 150 dólares le dijeron “y recuerda que aceptó muy emocionado.
Dijo estar muy agradecido con la organización APROCACAHO porque ellos le ayudaron mucho, para que aprendiera a leer y escribir y lo más importante”le dieron fuerza” para continuar aprendiendo más.
Hoy a sus 68 años don Rodolfo disfruta de una mejor calidad de vida junto a su familia integrada por 6 hijos, trabaja como facilitador en la APACH y nos reiteró lo orgulloso que vive y seguirá viviendo si Dios lo permite de sus plantaciones de cacao.
Peña tenía que recorrer varios sectores buscando productores hasta 6 horas montado en bestia, ahora no es así.
Don Rodolfo nos dice “El cultivar Cacao me cambió la vida”
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